Animal tumbado




Indescriptible a nuestras retinas se revelan y rebelan los jeroglíficos que inventa la marisma ahogada. Caminos sinuosos de clorofila, agua y sal que el laberinto mágico muestra al ojo alado en motores de queroseno. Un viaje al conocimiento desde el aire, al ábaco que cuenta los picos, patas y alas que retozan en limos y láminas. Dónde buscar la entrada y la salida en este entramado pasillo verde. Dónde se inicia y dónde acaba la escritura centenaria, la que el vuelo hurga en tributo a la ciencia. Ignoran los flamencos de pluma que su trasiego no puntúa en romería al Rocío pero sí en el baile que
exhiben entre lucios, y desconocen también las gallinetas y los ánsares que sus continuos despegues y aterrizajes emborronan los números en lo más alto. Doñana seca y Doñana ahogada, asilo siempre de vacas al pasto, de equinos asalvajados y de marismeños curtidos. Mirando al sur, más al sur, el río va y viene, toma y devuelve, y siempre es el agua, al final, la que modela, la que escribe para el cielo y para la tierra.

Mario Sáenz de Buruaga


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Salinas de San fernando. Cádiz. 36º 27’ 37.26’’ N - 6º 10’ 16.45’’ W. 23 de enero de 2006
Red de canales de las salinas tradicionales. El diseño original de las salinas, construidas manualmente, se adapta al terreno
subyacente de la marisma mostrando un interesante y llamativo resultado. Los muros han sido colonizados por plantas
halófitas y aún se observan restos de algunas compuertas del sistema original de gestión de aguas. Estatus de protección: Parque Natural de la Bahía de Cádiz.